Washington, 3 nov (Prensa Latina) Los electores hispanos se convirtieron este año en la minoría más importante de Estados Unidos y conquistar hoy su voto en algunos territorios clave puede dar un vuelco significativo al resultado de los comicios.
Con 32 millones de personas con derecho a voto, el 13,3 por ciento del electorado estadounidense, superan ya al número de afroamericanos registrados, según cálculos del centro de investigación Pew Research Center.
Entre el total de latinos con derecho a votar en el país, el 59 por ciento es mexicano; el 14 por ciento es puertorriqueño; el cinco por ciento de origen cubano y el 22 por ciento de otras procedencias, de acuerdo con cifras del mismo organismo.
Además, los datos del censo explican que la gran mayoría no son inmigrantes, mucho menos indocumentados.
El 75 por ciento nació en Estados Unidos, de manera que sus preocupaciones se asemejan más a las de cualquier otro ciudadano.
La crisis del nuevo coronavirus, el seguro de salud, los salarios y el empleo son los principales intereses de esta comunidad de electores, por encima de la migración o la justicia racial, según la encuestadora Latino Decisions, de tendencia demócrata.
Los estados llamados pendulares «donde ambos candidatos tienen posibilidades similares de ganar» en los que la participación del electorado latino puede ser decisiva son, sobre todo, Florida, Pensilvania y Arizona.
En estas entidades, que se tiñeron de rojo republicano en las elecciones de 2016, estarán los focos este martes en lo que respecta a la participación latina, pues de ella puede depender el giro hacia los demócratas, según Equis Research, especializada en este grupo de votantes y también de tendencia demócrata.
Así, en Arizona, uno de las entidades que comparte más kilómetros de frontera con México y tiene a un 24 por ciento del electorado latino, el presidente Donald Trump ganó por apenas 90 mil votos.
Aquí, la encuestadora estima que si la participación del voto blanco se mantiene en un 48 por ciento y la de los latinos crece a más del 18, el demócrata Joe Biden tendría una posibilidad de hacerse con el estado.
En Pensilvania, sin embargo, el peso latino apenas roza el seis por ciento, pero los márgenes entre republicanos y demócratas son tan estrechos que pueden acabar decidiendo la elección.
Caso particular es Florida, donde la población latina está dividida entre los cubanos y venezolanos «con una mayoría tradicionalmente republicana y en contra de cualquier formación con tinte progresista» y los puertorriqueños, con una tendencia más demócrata.
Allí, Biden necesitaría altos niveles de participación y también un apoyo muy alto, si se mantiene la participación del voto blanco en un 40 por ciento, para poder volcar la elección.